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Trastorno depresivo

El trastorno depresivo es uno de los motivos más frecuentes en la consulta psiquiátrica ya sea como una primera consulta o como el ajuste del tratamiento en una recaída con un seguimiento de un paciente que padece síntomas de depresión. Las manifestaciones clínicas fundamentales de  los pacientes que padecen un trastorno depresivo, vienen constituidas por la llamada triada de las tres “As”: Anergia, Anhedonia y Ánimo decaído.

En algunas depresiones endógenas, la tristeza que el paciente siente puede llegar a expresarla como una pérdida de los sentimientos, ya que le resulta muy difícil sentir, o expresando que ha perdido la capacidad, incluso, de llorar.

La anhedonia es otra de las características del trastorno depresivo, y la definimos como la incapacidad para disfrutar de las actividades que normalmente resultan placenteras. En las depresiones menos graves se suele manifestar como una desgana o dificultad para iniciar las actividades que resultarían agradables.

La falta de energía o anergia también puede darse en todas las depresiones. También podemos encontrar otro tipo de hallazgos clínicos que nos van a orientar en el diagnóstico. Por ejemplo un paciente puede referir apatía con pasividad, falta de energía, propio de las depresiones graves o de otros tipos de trastornos orgánicos.

 Hay otros síntomas que también pueden presentar los pacientes deprimidos y que a modo de resumen podríamos considerar que son:

  • Alteraciones del sueño de tipo insomnio, es el hallazgo clínico más frecuente de las alteraciones del sueño en el paciente deprimido. El insomnio de conciliación es más típico de las depresiones neuróticas y el de mantenimiento, o de despertar precoz, es más característico de las depresiones endógenas melancólicas.
  • Alteraciones del apetito y del peso: la disminución del apetito y del peso también nos debería sugerir la posibilidad de una depresión de tipo endógena. El aumento del apetito nos tiene que orientar hacia el diagnóstico de una depresión atípica.
  • Alteraciones sexuales: lo más típico es que se produzca una disminución de la libido, ya sea en la depresión neurótica y en la depresión melancólica o endógena. La hipersexualidad es más característica de las depresiones atípicas.
  • Alteraciones conductuales: se debe prestar especial atención sobre todo a las que se dan en los pacientes en edad infantil y en los adolescentes. No resulta extraño, catalogar a un paciente adolescente de una psicopatía cuando en realidad podría estar sufriendo un trastorno depresivo enmascarado que nos puede impedir una adecuada orientación diagnóstica.
  • Quejas somáticas: el paciente depresivo presenta una tonalidad de tipo hipocondríaco con multitud de quejas orgánicas que suelen confundir a los médicos de atención primaria. Estas quejas son fundamentalmente de dolor de cabeza, alteraciones gastrointestinales y alteraciones nerviosas en general.

Estos  pacientes suelen también quejarse frecuentemente de fallos en la memoria, lo cual no nos debería de confundir el diagnóstico con el diagnóstico diferencial de deterioro cognitivo o demencia, por ejemplo el síndrome de Alzheimer. Fundamentalmente se trata de fallos en la atención y la concentración lo cual puede llevar a preocupaciones en torno a cuestiones hipocondríacas cerebrales.

  • Tipos de trastornos depresivos

    • disappointed-man-1440030-1280x1190Existen diferentes tipos de trastornos depresivos pero a grandes rasgos los psiquiatras solemos diferenciar el trastorno depresivo endógeno o también conocido como melancolía. Son las depresiones en las que el paciente comenta que la tristeza es diferente a una tristeza habitual que se haya podido dar como una consecuencia a un acontecimiento vital estresante. La melancolía es un tipo de tristeza más enraizada en la mente, es una tristeza más profunda y física. La melancolía tiene un riesgo superior de suicidio, sobre todo si asocia una ideación deliroide.

     

    • La distimia es un tipo de depresión, que por lo general suele ser de una intensidad más leve, que dura más de dos años, y que además suele darse en pacientes con unos rasgos de personalidad con una base patológica y en la que predomina la falta de confianza, los pensamientos de rumiación y la inseguridad. El riesgo de suicidio en las distimias es mucho menor que en los pacientes que padecen una depresión melancólica. El tratamiento de elección para los pacientes que padecen un trastorno distímico es la psicoterapia y tratamiento farmacológico con los inhibidores de la recaptación de la serotonina.
    • La depresión bipolar se caracteriza por ser un tipo de depresión con clínica fundamental de melancolía pero que se da en un paciente que ha tenido antecedentes de un episodio maníaco o hipomaníaco. Así pues, para el diagnóstico resulta fundamental la elaboración de una adecuada historia clínica del paciente ya que sólo los antecedentes y la historia previa nos va a dar la posibilidad de orientar adecuadamente el diagnóstico y con ello poder prescribir un tratamiento adecuado a las condiciones particulares de cada paciente. El diagnóstico farmacológico presenta unas implicaciones particulares, ya que tenemos que prever que el tratamiento antidepresivo no produzca un aumento del riesgo de viraje hacia un cuadro maníaco.
    • Depresión agitada: es en el tipo de depresión que se produce cuando puede prevalecer el sentimiento de ansiedad o angustia sobre el sentimiento de tristeza y en este tipo de pacientes el angustia puede llevar a episodios de agitación. Las depresiones agitadas no suelen ser infrecuentes en los pacientes ancianos.
    • Depresión enmascarada: la depresión es fundamentalmente patente por síntomas de tipo orgánico o somáticos y suele ver una variación hasta que vienen los síntomas.

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