
La esquizofrenia (I): problemática social
La esquizofrenia es un trastorno que afecta a como la persona piensa, siente y actúa. Alguien que tenga esquizofrenia puede que tenga dificultad distinguiendo entre lo que es real y lo que es imaginario; puede que se sienta cohibido o se sienta alienado. Y puede que tenga dificultades expresando emociones normales en situaciones sociales.
Contrario a lo que el público cree, la esquizofrenia no es un desdoblamiento de la personalidad o múltiples personalidades. Es una alteración de los mecanismos neurofisiológicos de determinadas zonas y estructuras cerebrales, con consecuencias e implicaciones en diferentes ámbitos de la persona.
La mayoría de las personas con esquizofrenia no son violentos y no son causa de peligro para otros, todo lo contrario, existe más prevalencia de conductas violentas en personas que no padecen una enfermedad mental grave. Hay que ayudar a reducir el estigma social que padecen las personas que sufren una enfermedad mental.
La esquizofrenia no es causada por las experiencias de la niñez, falta de crianza adecuada o falta de fuerza de voluntad, ni tampoco son los síntomas iguales para cada persona. Se ha podido demostrar que hay alteraciones en neurotransmisores, lo que ocasiona diferentes síntomas. La esquizofrenia afecta casi 1% de la población mundial. En España hay unas 450.000 personas que sufren esta enfermedad. La gran mayoría no necesitan hospitalización, y pueden realizar una vida normalizada si siguen unos tratamientos que se vayan adaptando a la evolución clínica.
La esquizofrenia es una enfermedad que no respeta raza, cultura o fronteras económicas. Los síntomas usualmente aparecen entre las edades de 13 a 25 años, pero frecuentemente aparecen más temprano, más en los hombres que en las mujeres. Posiblemente el inicio más temprano en los hombres se deba a que las mujeres tienen una “protección” hormonal.
Diagnóstico
El diagnóstico de la esquizofrenia se basa en la cuidadosa observación de signos y síntomas, en la exploración metódica de las vivencias de una persona, y en la acumulación de antecedentes desde todas las fuentes posibles: familia, amigos, vecinos, trabajo. Es importante destacar que todavía no existen pruebas de laboratorio ni exámenes de imágenes que ayuden a establecer el diagnóstico, como no sea para descartar otras enfermedades. De todas formas, es imprescindible realizar este tipo de pruebas, para descartar otras enfermedades que sí pueden tener un tratamiento.
Comportamientos que pueden ser señales tempranas de la esquizofrenia incluyen:
• Oír o sentir a personas o cosas que no están allí.
• Un sentimiento constante de que lo están viendo.
• Manera de hablar o de escribir que es peculiar o que no tiene sentido.
• Posiciones del cuerpo que son raras.
• Sentirse indiferente en situaciones importantes, como con falta de empatía.
• Deterioro de la capacidad para el estudio o del trabajo.
• Cambios en la higiene o de apariencias.
• Un cambio de personalidad.
• Aumento en el aislamiento de situaciones sociales.
• Respuestas irracionales, amargas o temerosas hacia seres queridos.
• Incapacidad de dormir o de concentrarse.
• Comportamiento inapropiado o raro.
• Preocupación extrema sobre la religión y lo oculto, o sensaciones que hay alguien que está en contra tuya y te quiere perjudicar.
Si cree que algún conocido y/o familiar puede manifestar alguna o algunas de estas conductas, no dude en contactar con nosotros para que le asesoremos.
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